Reflexión sobre Cantar de los Cantares 5:2, 6: El llamado y la búsqueda
- Ivette Santiago
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En las profundidades de la noche, la voz del Amado llama. "Descanso, pero mi corazón permanece vigilante; es Su voz llamando..." (Cantar de los Cantares 5:2). Este versículo pinta un cuadro de un alma conmovida por la presencia de Cristo, incluso en momentos de sueño espiritual. Nos recuerda que, aunque nos cansemos, nos distraigamos o nos conformemos, el Señor sigue llamando a la puerta, invitándonos a una intimidad más profunda con Él.
Sin embargo, en el versículo 6, vemos el dolor de la respuesta tardía: "Abrí a mi amado, pero mi amado se había apartado y se había ido..." ¿Con qué frecuencia dudamos cuando el Señor nos llama? ¿Con qué frecuencia permitimos que la comodidad, la rutina o el miedo nos impidan responder de inmediato a Su voz? El anhelo de la mujer sunamita refleja el dolor de un corazón que se da cuenta de que ha perdido la oportunidad de comulgar con Aquel que más lo ama.
El llamado de Cristo
Jesús nos llama a una relación, llamando a nuestros corazones (Apocalipsis 3:20), anhelando que le demos la bienvenida. Su presencia no es contundente, es una invitación. Pero cuando nos demoramos o dudamos, podemos buscarlo, anhelando la cercanía que una vez tuvimos.
El peligro de la demora
La procrastinación espiritual puede llevar a temporadas de sequedad. La experiencia de la mujer sunamita refleja la realidad de muchos creyentes que de repente se sienten distantes de Dios después de descuidar el tiempo con Él. La esencia del amor de Dios es que asegura que nunca seamos abandonados. Aunque Él nos permita experimentar el peso de nuestro anhelo, Él siempre está cerca, esperando que lo busquemos fervientemente.
La búsqueda de su presencia
La lección de Cantar de los Cantares 5:2, 6 es clara: debemos responder inmediatamente cuando Cristo nos llame. Nuestra relación con Él no está destinada a ser pasiva, es una búsqueda. Así como la mujer sunamita buscó a su amado, nosotros debemos buscar a Jesús con todo nuestro corazón (Jeremías 29:13). Él desea un amor ansioso, receptivo e inquebrantable. ¿Qué nos hace dudar en responder al llamado de nuestro Señor? Oremos...
Una oración para estar listos
Señor, ayúdanos a escuchar tu llamado. Permite que nuestros corazones respondan rápidamente, ansiosos por abrazar Tu presencia. Que nunca nos demoremos en buscarte, sino que te persigamos apasionadamente con devoción. Acércanos más, y no permitas que nunca demos por sentada Tu cercanía. Amén.
Himno:
Si ves a mi amado – Lilly Goodman (letra)