El Valor de Una Madre
- Ivette Santiago
- May 12, 2024
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Updated: Jan 1

“Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.” (1 Samuel 1:27-28, RV 1960)
El valor de una madre ante los ojos de Dios yace en un corazón que reconoce que el regalo que Dios le ha concedido proviene de Dios y le pertenece a Dios y a Él lo entrega.
En la Biblia encontramos a una mujer llamada Ana, la cual no podía tener hijos. Esta, reconociendo que solo Dios podía obrar un milagro en su vida, decidió humillarse ante su Dios y presentado su petición al Todopoderoso, con amargura derramó su alma ante el altar, sin importarle lo que los demás pudieran pensar.
La Biblia enseña que Ana, “hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.” (1 Samuel 1:11, RV 1960)
El sacerdote Elí, al verla, pensó que esta estaba ebria; a lo que Ana le respondió que solo presentaba su petición a Dios y este la envió con palabras de paz y de confianza en que Dios le diera lo que esta pedía.
¿Qué es una madre?
Aunque una madre es aquella que trae al mundo una criatura, el amor de una madre va más allá e implica cuidado, dedicación, instrucción, corrección y guía.
No toda mujer tiene un corazón de madre. Dado al pecado y la maldad que existe en el mundo, hay mujeres que no cuidan de sus hijos y en ocasiones los llevan por el camino incorrecto.
Otras, aun con un corazón de madre, por diferentes circunstancias, ya sea problemas de salud, de economía, etc., no pueden tener una criatura o cuidar de sus hijos.
Para aquellas que tienen la dicha de tener hijos y los dedican a Dios; al igual que Ana, son muestra de lo que es una madre con un corazón conforme al de Dios. Estas tienen la bendición de Dios por su disposición y entrega.
Ana cumplió con la promesa hecha a Dios de entregarle a su hijo, quien fue el profeta Samuel. De acuerdo con la Biblia, luego del tiempo de que el niño fuese destetado, Ana lo llevó a la casa de Jehová junto con su ofrenda y lo dedicó a Jehová tal y como lo había prometido y allí adoró a Dios.
El valor de una madre
Dios tiene en gran estima a la madre que dedica, enseña, e instruye a sus hijos en los caminos del Señor. El proverbista, en Proverbios 22:6, aconseja a los padres a instruir a sus hijos en los caminos de Dios y aún si los hijos deciden desviarse del camino enseñado, la palabra estará en sus corazones y en el tiempo indicado dará fruto.
Como Ana hay muchas mujeres que día y noche claman por sus hijos. Quizás tu eres una de ella que todas las madrugadas te levantas a clamar al Todopoderoso por tu familia.
Recuerda que Dios ve cada una de tus lágrimas y escucha tu clamor. Él cuida de tu hogar y los tuyos y no te ha olvidado. No pierdas la fe. Sigue clamando que ha su tiempo recibirás tu respuesta. Pero, ante todo, que nunca falte la adoración a Dios en agradecimiento por lo que Él ya ha hecho. Recibamos el milagro.
¡Felíz Día de las Madres!
En honor a aquellas madres que batallaron por sus hijos y hoy no se encuentran con nosotros, y a aquellas que aún siguen batallando.
Himno:
A Su Tiempo – Arisa


